La criminología es una disciplina científica que se enfoca en el estudio de la delincuencia y la conducta criminal, así como en su prevención y control.

Esta disciplina se vale de diversos métodos y teorías para analizar y comprender los factores que contribuyen a la comisión de delitos, tales como la biología, la psicología, la sociología y la política criminal. 

Los criminólogos también estudian el sistema de justicia penal y evalúan la eficacia de sus políticas y programas en la reducción de la delincuencia y la prevención de la reincidencia. El objetivo final de la criminología es mejorar la seguridad y el bienestar de la sociedad.

La criminalística es una disciplina que se encarga de investigar los delitos a través de la aplicación de técnicas científicas y metodologías especializadas.

Su objetivo es encontrar, analizar y evaluar las evidencias físicas que pueden ayudar a esclarecer un crimen y a identificar al autor o autores del mismo.

La criminalística abarca diversas áreas como la balística, la documentoscopia, la genética forense, la toxicología, entre otras. Los criminalistas trabajan en colaboración con otros profesionales del derecho, tales como abogados, jueces y fiscales, para proporcionar pruebas concluyentes y sólidas que puedan ser utilizadas en la resolución de casos judiciales.

El derecho constitucional de México tiene una relevancia importante en la práctica de la criminalística, ya que establece los derechos y garantías fundamentales de las personas en relación con el proceso penal. La Constitución mexicana establece el derecho a la defensa, a un juicio justo, a la presunción de inocencia, así como la prohibición de la tortura y otras prácticas inhumanas o degradantes. Los criminalistas deben respetar estos derechos y garantías en el ejercicio de sus funciones, y las pruebas que recolecten deben ser obtenidas de manera lícita y con pleno respeto a los derechos humanos. De esta manera, la criminalística se convierte en una herramienta esencial para la justicia, pero siempre en el marco del respeto a la Constitución y los derechos fundamentales de las personas.

En los principios básicos de la física y la química aplicada a la criminalística se refieren al uso del método científico y la tecnología para analizar e interpretar la evidencia física en las investigaciones criminales. Esto implica aplicar estas ciencias al análisis forense, como el uso de la espectroscopia y la cromatografía para analizar rastros de evidencia, o el uso de la balística para analizar las trayectorias de las balas.

El desarrollo humano psicológico es un proceso continuo que abarca diferentes etapas, desde la infancia hasta la adultez. En la infancia, los bebés desarrollan habilidades motoras y cognitivas básicas, y comienzan a formar vínculos emocionales con sus cuidadores. Durante la niñez, los niños adquieren habilidades sociales y emocionales, y comienzan a explorar su entorno de manera más independiente. En la adolescencia, los jóvenes experimentan cambios físicos y emocionales significativos, y comienzan a definir su identidad personal. En la adultez, las personas enfrentan desafíos como la construcción de relaciones significativas y la toma de decisiones importantes en su vida laboral y personal. El desarrollo humano psicológico es un proceso complejo e influido por factores biológicos, sociales y culturales, y su comprensión es esencial para el bienestar emocional y la realización personal a lo largo de la vida.

La psicología criminológica es un subcampo de la psicología que se centra en el estudio del comportamiento delictivo y los factores psicológicos que contribuyen a la actividad delictiva. 

La psicología criminológica examina una amplia gama de factores que contribuyen al comportamiento delictivo, como los rasgos de personalidad, los procesos cognitivos, los factores sociales y ambientales y los factores biológicos. También examina el impacto psicológico y emocional del comportamiento delictivo tanto en las víctimas como en los delincuentes.

La psicología criminológica también se utiliza en el sistema de justicia penal para informar las decisiones de sentencia, los programas de tratamiento y las decisiones de libertad condicional. Por ejemplo, las evaluaciones psicológicas se pueden utilizar para evaluar el riesgo de reincidencia de un delincuente y para determinar el curso de acción más apropiado para prevenir futuras conductas delictivas.